
Ya nos vamos haciendo un poco mayores, pero no podré olvidar nunca los primeros partidos que oía por la radio, en radio sevilla, cuando no había tanta televisión y el único que retrasmitía los partidos de fuera era Don José Antonio Sánchez Araujo. Esa voz tan personal y tan poco radiofónica, pero que ha marcado a muchas generaciones.
Muchos comentarios, alguno que otro con cierto tono palanganilla, muchos goles y muchas tardes de domingo pegado a la radio durante dos horas deseando oir su inconfundible forma de narrar los partidos, y sobre todo, de cantar los goles. Por esos campos de Dios, que desgraciadamente tuvo que pisar siguiendo al Betis y por aquellos grandes estadios que tuvieron el honor de recibir a su majestad el Real Betis Balompié. En todos ellos le puso su especial manera de ver y sentir el fútbol de esta bendita ciudad.
Y por alguna que otra mañana, o casi tarde ya, de viernes santo en la que narraba la entrada de la Macarena, y también la salida. Porque además de palangana, es macareno. Se le perdona lo primero, nadie es perfecto.
Ojalá que podamos seguir disfrutando durante mucho tiempo de su narrativa y sus innumerables anécdotas.